domingo, 8 de agosto de 2010

Marías bajas calorías


María del Pilar
Vivo a dieta. Es un estado natural y harto masoquista en el que subsisto desde que tengo 16 años. Todo lo delicioso no lo puedo comer y mi pirámide nutricional está carente de harinas y calorías. Podría pasarme horas mirando el merengue con dulce de leche que reluce en la vidriera de la panadería, o el sticker de la pizza calabresa que pegué en la heladera para los ratos de ansiedad, pero el orgullo puede más, y termino masticando el tallo de apio fresco.
No estoy enferma ni tengo alteraciones alimenticias, la cruda verdad es que intento todo el tiempo ser la mejor alumna de Adrián Cormillot. Tengo los tomos completos de las enciclopedias que su padre confeccionaba en los años noventa, lo escucho atentamente todas las mañanas, le envío mails con consultas bobas, pero que él responde con desbordes de simpatía, y hace varios meses que tomo clases de tap para conquistarlo en cualquier momento. Esos faroles (si, faroles…aunque suene antiguo y pasado de moda) son irresistibles y no hay torta de chocolate que pueda competir con el Dr. Cormillot desfilando su ambo blanco.
Por eso vale la pena el sacrificio. Por él, que nos aconseja y nos ayuda a imaginarnos que un plato de ensaladas verdes es un verdadero manjar. Gracias Adrián, brindo por vos con un buen vaso de Coca (Light, obvio).


María Guadalupe
Odio los que se compran un alfajor Bagley blanco y negro y lo acompañan con una Coca-cola zero. Me fastidia cuando mi compañera de trabajo almuerza una hamburguesa con mayonesa light. Me aburren las personas que antes de comer una barrita de cereal leen cuántas míseras calorías tiene. Me parece patético que mi maridito le ponga edulcorante al café sólo cuando lo acompaña con una porción de torta. Nunca acepto un chicle Beldent sin azúcar.
Porque si hay algo que me indigna es la gente que cree que se cuida con esta sarta de productos livianitos y en verdad sólo regulan la culpa de llevarse cosas gordas a la boca. Y me revienta sobre todo que digan que están a dieta porque cocinan las papas fritas con aceite libre de grasas trans. La dieta es otra cosa.


María Julia
Las dietas son en mi vida tan innecesarias como el viagra; o sea que he vivido y sigo viviendo sin meterme en ese mundo desconocido para mi.
No leo esa sección de la revistas, ni escucho cuando discuten cual es la que más efecto a corto plazo tiene, tampoco me interesa levantar banderas en contra de ella (como algunas de mis conocidas que lo hacen). Las dietas son simplemente algo intransigente en mis 30 años.
Sin embargo las dietas desmedidas fueron y son un problema para muchas mujeres; fui testigo de esto en la secundaria; fui una cómplice, sin quererlo, por no decir nada.
Hoy a más de 10 años de haber terminado la secundaria, esa compañera aún sufre en su cuerpo los efectos de una dieta extrema.
Yo, consciente de esto, cuando los jeans empiezan a apretarme prefiero salir a correr dos veces a la semana, que ponerme a hacer alguna dieta como la de la luna.


María Albertina
No puedo. -No quiero-. No resisto.
Sé que debo consumir menos carne. Optar por cereales, legumbres, verduras y frutas que provengan de mercados locales donde no utilicen pesticidas ni químicos. Estoy conciente que debo negarme a las golosinas sintéticas que arruinan el mundo y mi dentadura. Reconozco que es imperativo consumir sanamente para que las generaciones venideras no sufran nuestro derroche.
El problema, es ponerlo en práctica. Dejar de lado el lomito de cada día. Reemplazar la fritura nocturna que derrocha aceite y ensancha la cadera. Ladear la cara cuando paso frente al kiosco.
Es un eterno conflicto entre los mandamientos de mi gula y los preceptos de mi credo verde.
(Y es que todo esto, se parece demasiado a una dieta.)


María Carolina
Mi mayor debilidad gastronómica tiene nombre y apellido: Selva Negra. Imaginarla es hacer que mi sentido del gusto se agudice. Mis papilas gustativas comienzan a trabajar con sólo nombrarla.
Más que nunca, esta semana la selva negra me persiguió hasta en sueños: Morfeo me presentó en pleno proceso de preparación de una de ellas. Otro día, me soñé llevándome a la boca un par de cucharadas repletas de chantillí y virutas de chocolate y una infinidad de escenas de lo más variadas… Si la imaginación no tiene límites, los sueños menos.
En los últimos cinco días noté que las tres confiterías que encuentro de camino hacia mi trabajo aumentaron notoriamente la exposición de este tipo de postres.
La gota que rebalsó el vaso fue anoche. Fui al cumpleaños de un compañero de trabajo y su esposa, una diosa del arte culinario, apenas me vio entrar lanzó un: “Menos mal que viniste, porque hice una selva negra que te morís cuando la probás”. No pude ser tan descortés: tuve que probar una enorme porción que me seducía desde el plato.
Siempre es igual: cada vez que decido empezar la bendita dieta de la luna, las selvas negras salen a perseguirme por la vida.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Chicas, tengo un claro mix de todas ustedes, épocas de comer más, épocas de comer menos, jeans que deben pasar al olvido por un tiempo. Dietas estrictas, nunca. El gimnasio abandonado y reemplazado con alegría por las caminatas obligadas.
Eso sí, la Selva Negra de María Carolina no debe cruzarse en mi camino porque pierdo como la mejor.
Besos para todas.

Lady Baires

nadasepierde dijo...

yo vivo a dieta, como María del Pilar, pero lñas vivo rompiendo.
Una torta me puede, un helado me mata...tengo el NO mas didifil del mundo... y arranco el lunes y para el miércoles ya claudiqué, y vuelvo a empezar el jueves, y asi voy... si me dejara llevar por mis ganas, rodaría... es que hay cosas que son tan ricas!!!
También soy de las que odia María Guadalupe.. porque creo que es como álgebra... todo suma, y si son 100 calorias menos...son 100 calorías menos!!! álgebra pura!!!

un beso

Otras Marías dijo...

Lady Baires, quedó claro que esa vez la Selva Negra me ganó por KO... ;)
Ya veré como me trata la próxima primavera...
Besos de todas.
María Carolina

Lady dijo...

Hace unos días dejé un comentario en este post pero parece que no quedó publicado :(

Les decía que yo soy de las que combina la torta de chocolate con la coca zero, mira las calorías pero no resiste ciertas delicias. En algo hay que controlar (con el edulcorante) pero hay que disfrutar (con las delicias).

Besos y feliz día Marías!

Otras Marías dijo...

Perdón Lady!!! el comentario se traspapelo entre varias cosas por leer. Recién ahora que nos decís, lo note.
Saludos.
Ma. Julia

Anónimo dijo...

Seguro que maria guadalupe es una gorda qe no aguanta la actitud de los demás que le recuerdan que debería cuidarse. No soy obesa, nunca lo fui, no tengo problemas alimenticios, pero amo las dietas, me gusta el cvuidado, la disciplina y sobre todo elogio la delgadez, simplemente es una elección estética. No tolero a la gente que come por comer. Soy Mar

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